Andrés Gil
EL CALENDARIO
Hemos llegado a finales de año y tratamos el tema del calendario, un instrumento necesario para medir el paso del tiempo.

Recuerdo la rutina diaria de mi padre Patricio, tras la cena, quitando la hoja del taco pegado con masilla al calendario de Sant Antonio. En la cara visible de la hoja se leía el día del mes, el santo del día, la hora de salida y puesta del sol y la fase lunar, y en el reverso , alguna frase célebre con su comentario y moraleja.
El calendario es una de las primeras representaciones científicas del hombre, basada observaciones relacionadas con el movimiento de los astros. Este responde a la necesidad de prever y predecir acontecimientos: preparar la tierra para la siembra, los útiles para la cosecha, los momentos más adecuados para la caza o los festejos.
Los elementos del calendario lo forman el día, el mes y el año. El día es un periodo básico del tiempo fácil de observar y percibir por cualquier ser vivo, pero no de contabilizarlos. El mes aparece como medida del tiempo en las primeras civilizaciones: la luna inicia un ciclo completo de cuatro fases cada 29 días y medio. Doce ciclos lunares completan el año con 11 días de excedencia. Aparece el calendario lunar.

Mas tarde se descubre el año solar y eso implica descubrir los dos solsticios, invierno y verano, y entre uno y otro, los equinoccios de primavera y otoño, dando lugar a las estaciones. Surge el calendario solar.

Los egipcios fueron los primeros en armonizar el calendario lunar con el solar. En el tercer milenio a. C. fijaron una duración del año de 360 días. Con el tiempo descubrieron que les faltaban 5 días para completar el ciclo solar, tuvieron problemas teológicos y se inventaron un cuento asociado a la diosa Nut para justificar los 5 últimos días del año sobrantes. Estos días no pertenecían ni al año viejo ni al año nuevo, se les denominó “reru renpet”, días fuera del año. Los griegos les llamaron “días epagómenos”. Son los días 27,28,29,30,31 de diciembre.

Los padres de Nut , diosa del cielo y Geb, dios de la tierra, les prohibieron engendrar hijos durante los 360 días del año.
Los romanos tuvieron en sus orígenes un calendario lunar de 10 meses con inicio en marzo. Posteriormente añadieron enero y febrero, pero siguieron celebrando el comienzo del nuevo año en marzo.
Roma, que tenía por costumbre elegir a sus cónsules al inicio del año nuevo, modificó el inicio del año nuevo en el año 153 a.C. debido a la necesidad de adelantar la campaña contra los celtíberos de Hispania. Segeda ( Zaragoza) y Numancia (Soria) se les había interpuesto en su camino colonizador. El cambio aún perdura hoy en día, y mañana, 1 de enero, podremos decir que celebramos el Año Nuevo, gracias a los rebeldes celtíberos.
En el año 45 a.C. nació el calendario juliano, un calendario básicamente egipcio al que se añade la corrección del año bisiesto. Julio Cesar mandó al astrónomo Sosígenes elaborar un calendario que fijó en 365 días y 6 horas, con un margen de error de 11’ y 6” estableciendo así el año bisiesto y añadiendo un día a febrero cada cuatro años.

Sosígenes tuvo un desajuste de 11’ 6” a la hora de calcular la duración del año, que se transformó en un desfase de 10 días en 1582.
En el Concilio de Trento, 1545-1563, se acuerda eliminar el desfase detectado. Se tuvo como referencia las Tablas alfonsíes realizadas por iniciativa del rey Alfonso X de Castilla, que asignaba al año un valor de 365 días 5 horas 49 minutos y 16 segundos.
El calendario Gregoriano se implanta cuando se decide quitar los diez días de adelanto del calendario Juliano, y así fue como al jueves -juliano- 4 de octubre de 1582 le sucedió el viernes -gregoriano- 15 de octubre de 1582, desapareciendo así diez días en dicho año. La patrona de Reznos, Santa Teresa de Jesús, murió el 4 de octubre de 1582 y la enterraron al día siguiente 15 de octubre.

Las correcciones establecidas por el calendario gregoriano adelantan cerca de 1/2 minuto cada año (aprox. 26 s c/año), lo que significa que se requiere el ajuste de un día cada 3300 años.
Hoy, 31 de diciembre, el calendario del 2020 ya ha quedado deshojado y la sombra del estilete del reloj solar horizontal, en su máxima longitud, enseguida comenzará a menguar.

En Reznos, en los años previos a la despoblación, se repartía entre los vecinos, en los días epagómenos, el calendario de Sant Antonio con el taco-calendario, iniciándose, tal día como mañana, su deshoje.
Feliz Año Nuevo 2021